Nothing

Volvió a mirar por la ventana, pero siguió sin ver nada.

Las horas pasaban. Las estaciones cambiaban. Pero ella seguía siendo la misma, una chica llena de misterio, inseguridad y tristeza. El tiempo que pasaba por la vida de los demás no la tocaba a ella. 

Cada día, con la llegada de la oscuridad, Ella se ponía junto a la ventana para mirar las estrellas. Pero no se veía nada. Absolutamente nada. Aún así, se quedaba contemplando el firmamento hasta que los primeros rayos de luz empezaban a iluminar el asfalto. Entonces, Ella se marchaba a su habitación para escribir, y no paraba hasta que sus tripas comenzaban a rugir hambrientas. Y así cada uno de los días. Y así cada una de las noches. Pero no ocurría nada más.

Pero una noche, la luna brillaba. Esa luna era diferente, jamás había visto nada parecido. Y sonrió... sin más. Su vida se tornó de un color gris, la oscuridad había desaparecido por aquel destello blanco que la luna le ofreció. Y con los primeros rayos de sol, se fue corriendo a escribir. 

A la noche siguiente, todo el vecindario se quedó a oscuras. La ciudad se vio sumida en una sombra eterna de la que parecía que no iban a surgir jamás. Y, entonces, Ella vio parpadear algo en el firmamento. Parpadeó varias veces y mil puntitos comenzaron a aparecer en aquel lienzo negro. Se quedó asombrada. Se frotó los ojos dos veces. Pero aquellos puntos de luz seguían allí, no se habían ido a ninguna parte. Salió a la calle a observar el cielo de más de cerca. Todo estaba repleto de estrellas. Estrellas que estaban a miles y miles de kilómetros de distancia, que había estallado y estaban muriendo, quemándose en el espacio, tan lejos de la Tierra que parecía que estaban allí mismo. Cuando la luz del nuevo día comenzó a asomarse, Ella suplicó que la dejaran un poco más allí, que no se llevara tan pronto la oscuridad, porque ansiaba seguir observando las estrellas. Pero el sol se llevó con su aparición cualquier oscuridad. Ella entró en su casa y fue a escribir como cada día, pero esta vez iba a anotar algo nuevo, unas nuevas vistas, un acontecimiento único y maravilloso: la aparición de las estrellas en un cielo oscuro, alejado de todos.

De no ocurrir nada a sorprenderle un millón de puntitos de luz en el cielo. 

Vía Instagram (imagen propia).

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