Living
¿Y si no fuera tan malo querer estar sola a ojos de la sociedad? La vida en sí es un compromiso. Firmamos un contrato hasta el día de nuestra muerte. Por el camino podemos comer, divertirnos, trabajar, conocer a gente obligatoriamente y ser -en la medida de lo posible- simpáticos. Pero yo lo he pillado, ya sé por qué todo esto, por qué tenemos que seguir estar reglas: las reglas no escritas de aquel contrato que olvidamos haber firmado. ¿Por qué tenemos la obligación de relacionarnos con otros? Dicen que porque somos seres racionales, sociales, que necesitamos relacionarnos con los demás para satisfacer nuestras necesidades, porque parece que somos la única especie que no para de parlotear. Pero... ¿alguien se da cuenta de que todos no somos así? ¿Alguien se ha parado a observar a ese porcentaje de personas que, por alguna razón, le gusta estar al margen de ese parloteo o contrato de la vida? Es como que a la vida le debemos algo, l...