Ashes

No mentiremos. 

Nunca lo hacemos. 

Somos diferentes al resto. Lo supimos desde el primer momento que pusimos un pie en este planeta. Toda esta destrucción acaba con nosotras, paso a paso. Lo peor es que no podemos hacer nada. 

Nos enviaron para evitar el desastre. Para evitar que otro planeta más se matara a sí mismo. Pero no podemos hacer nada. No podemos hacer nada cuando las mentes están tan corrompidas.

Hemos llegado tarde. Demasiado. Quizás un milenio tarde, o quizás dos. Hay demasiadas mentiras. Mentiras que han consumido a faraones, dictadores, reyes, presidentes... Una semilla se coló en sus mentes y crearon tanto mal y tanta destrucción que el caos era inevitable. 

Nos prohibieron venir. Nos contaron que estaba echada a perder. Pero nosotras no nos rendimos, no damos un planeta por perdido. Nunca. Porque siempre hay esperanza. Siempre la hay. Y nos equivocamos. Ya no hay nada que salvar. Las mentes, incluso las más privilegiadas para sacar adelante esta lucha, están corrompidas con sentimientos de odio. Y contra eso no podemos hacer nada. Esas mentes no pueden llegar a sanar, jamás. Porque el resentimiento siempre quedará ahí, y ese recuerdo se traspasará a las generaciones futuras. Y no podemos correr el riesgo. No. Otra vez no. 

Nos lo advirtieron, y pasamos de ellas. Pasamos de sus consejos, de nuestra instrucción. Porque creímos que podíamos corregirlo, porque todavía estábamos a tiempo. Qué ilusas. Qué ilusas fuimos. Y ahora estamos atrapadas. Estamos atrapadas en un mundo que se cierne sobre sí mismo hasta que se consuma. Pero no lo veré arder. Nosotras nos iremos antes. Porque el fin está cerca. Nuestros cuerpos empiezan a fallar, ya lo estoy notando. Noto como el fuego abrasa mis órganos vitales. Y no me queda mucho tiempo, quizás un día, dos. Después, solo seré cenizas. Unas cenizas que impregnarán el suelo de este mundo, y es cuando sabrá que le queda menos tiempo que el que pensaba. Que la vida se acaba. Una vida que dará comienzo a otra, quizás distinta, quizás menos corrupta. Y, entonces, bajarán nuestras líderes y lo limpiarán todo. Buscarán esa semilla que algún otro ser implantó en este planeta y la eliminarán. Y entonces, solo entonces, podrá resurgir una vida que no se suma en el caos de esta manera. Una vida que ame la vida. Una vida que será más fácil proteger desde nuestra posición, donde no moriremos al observar. Un lugar donde la vida será solo vida.

Pero, antes, el mundo arderá. Arderá de una forma inevitable y horrible. La gente sufrirá hasta su último aliento. Y tras el último grito de desesperación, la tierra morirá en paz. Y sabrá que el terror ha terminado. Que el caos habrá desaparecido para, quizás, siempre. Y podrá comenzar de nuevo. Esperando que las nuevas criaturas que la habiten la tengan en cuenta en sus decisiones. Que quizás, la próxima vez no se aprovecharán de sus recursos limitados, que cohabitarán, y su vida no será un tormento. Quizás. Pero antes toca arder. Y eso es más doloroso que cualquier otra vida corrompida. 

"And the Earth started to burn".

Vía  Pinterest

Comentarios