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Y me enamoré. ¿Cómo? Nada de magia, solo la vida fue la culpable de tal acto. Sus ojos no fueron lo que me cautivaron, ni tampoco su forma de hablar. Tan solo el tiempo. No tuve que tocarle la mano para darme cuenta de que le quería. No hacía falta que él nunca antes me hubiera visto. Para nada. Entonces, ¿cómo puedes saber si le quieres de verdad? Es lo que muchos preguntan, y la respuesta es tan simple como la pregunta: lo sé, es algo que se sabe. ¿Cómo sabes que quieres a la persona que tienes al lado? Lo sabes y punto. Puede que te haya dado más o menos razones, pero lo sabes. ¿Entiendes qué es que te pinte una sonrisa entre las lágrimas una persona que se encuentra a 1.881'3Km de distancia? Si no lo entiendes, no juzgues, no opines, no leas, no sientas. Deja mi vida como yo dejaré la tuya. No inventes historias ordinarias donde siempre conoces a tu pareja ideal en el bar o en el parking de una discoteca. Deja esas sabidas historias. No cierres tu mente a lo inevitable, a lo posible, a lo IMPOSIBLE. Deja que tu mente vague por las profundidades de lo improvable. Deja que tu vida se dibuje entre las líneas imaginarias de una hoja en blanco. Permite que entren en tu corazón para poder sentir más de lo que jamás hubieras imaginado. No te cierres puertas. No cierres ventanas, no obvies recomendaciones. Sigue siendo tú mismo, pero escucha, observa y dale al play. ¿Que dónde le conocí? A través de mi ordenador. ¿Es extraño? Ya no. ¿Que cuándo me conoció él? Todavía no sabe que existo.

"Mi felicidad es proporcional a su número de tweets por día"