Sorry

Nos exigen disculpas. Nos piden que mintamos. Nos mandan que hagamos caso. Te equivocas y... ¿tengo que pedir disculpas por haberlo hecho mal sin querer? ¿Por salirme de la línea y saber que me he equivocado? Tendré que descubrir el mundo para saber qué es lo que soy y hacia adónde voy, ¿no? Nadie puede decirme la clase de persona que soy sin haberme probado a mí misma, sin haberme reído, amado, sufrido y temido. Nadie puede saber quién soy hasta que me haya equivocado cientos de veces y haya definido mi línea, ya sea continúa o discontinua, o tal vez haga eses por el camino hasta llegar a un posible nuevo desafío del que debo salir airosa, o no. Porque el karma está ahí, observando nuestros movimientos. Pero no siento haberme equivocado. Porque esos errores me han hecho como soy. 
Todos me piden que debo pedir disculpas. Pero solo diré lo siento por no poder hacerlo. 
Si no hubiera roto aquel vaso en la terraza con seis años, no me hubiera hecho una herida en forma de luna en el pie, y no me habrían fascinado las estrellas cuando tuve trece años por ver esa luna allí. 
Si no hubiera preferido ver una serie completa durante una semana en plenos exámenes con quince años, no habría suspendido física y biología, por lo que no tendría que haber ido a repaso, por lo que no hubiera conocido a mi mejor amiga y compañera de por vida. 
Si no hubiera robado aquella pulsera en la tienda, no habría tenido que pasar la noche en el calabozo de mi ciudad. Pero no habría aprendido de lo que hice, algo necesario en muchos de los casos en los que las personas se equivocan.
Si no me hubiera equivocado de carrera, ahora no estaría paseando por lugares extraños, buscando nuevas historias que contar e inventar para que perduren en el tiempo y en el vacío del espacio. 
Si no me hubiera gastado cien euros en un muñeco roto por internet no hubiera tenido que ir a reclamarlo a correos y no hubiera conocido a esa persona especial que me alegró durante tres años cuando cumplí los veinte. Y si no hubiera cortado con él, no me habría ido de viaje con mi amiga a Londres y no podría haber disfrutado del concierto donde hice innumerables amigos. Y si allí no hubiera pegado sin querer a una chica, su novio no habría salido a defenderla y los de seguridad no me habrían sacado de allí para ver llover de noche con todas las luces apagadas de la ciudad. Y si me hubiera quedado dentro, no me habría constipado, pero no habría podido vivir aquella experiencia. 
Pero no lo siento en absoluto.
Hay tantas cosas que he hecho, y que para otras personas han estado tan mal, que sin todas ellas, no sería quien soy. Toda mi esencia no existiría, y yo solo sería otra copia del prototipo de persona que le gusta a todo el mundo. Es por eso por lo que pido seguir equivocándome cuando sea necesario, para aprender, para formarme como ser humano, aprender de mis caídas y mis derrotas. Porque sé que la vida no es una victoria constante, prefiero ver ganar a otros para observar cómo lo han conseguido y valorar si es merecido. Pero no lo siento en absoluto haberme equivocado durante todos estos años.

"And I'm not sorry".

Vía  Tumblr.

Comentarios