Fireworks

Hace un verano, tú y yo, bajo las estrellas, esperando que miles de luces despertaran a las estrellas. Nos fuimos a la otra parte del río, para poder contemplar aquel momento. Era una noche un poco fría, y tú tan solo llevabas un vestido floreado de verano. Me decías que no tenías frío, pero tus manos decían lo contrario. Te dejé mi chaqueta del traje. Recuerdo que a medio día te reíste de mí por llevar aquella chaqueta, pero ver que tenías parte de razón en ese momento me encantaba. Tu risa me da la vida, y sabes que es mi punto débil. Tan solo llevábamos unas semanas saliendo y para mí es como si hubiera sido toda la vida. Deseaba que todas las noches y todos los días se asemejaran a aquel. Tenía tantas ganas de susurrarte aquellas dos palabras que temía que te asustaran. Eran simples, pero escondían mucho detrás de cada letra. Seguías teniendo las manos heladas, no entendía cómo podías tenerlas así aún llevando mi chaqueta y habiendo pasado un rato, pero no podía soltártela. Nos sentamos en un banco cerca del río esperando a que empezaran los fuegos. Me sonreíste, y olvidé completamente qué hacíamos allí. Me decías que estaba siendo una de las mejores noches de tu vida, que era esa persona especial que había estado buscando durante los últimos años. Que era el príncipe que toda princesa deseaba tener para que su cuento de hadas estuviera completo. Yo también quería hablarte, quería decirte lo importante que eras para mí, quería decirte que desde el primer momento que te vi supe que eras la persona que siempre había esperado encontrar para completarme. Pero no te lo dije así. Comencé diciendo tu nombre y seguidamente los fuegos comenzaron, te susurré que después te lo contaba. Sonreí, miraste hacia el cielo, iba a mirar pero algo me detuvo. No había nada más precioso que tú en aquel momento. No podía dejar de mirarte. Las luces se reflejaban en tu rostro y mi corazón cada vez latía más fuerte. Te cogí de la mano y la apreté fuerte. Cuando se estaban acabando te giraste un poco hacia mí y te acercaste un poco. Y así pude susurrarte las dos palabras que tanto deseaba pronunciar. Observé cómo las asimilabas, cómo las hacías tuyas. Sonreíste de nuevo, aunque en realidad no recuerdo si dejaste de hacerlo en algún momento. Y entonces, me respondiste con las mismas palabras.

"Te quiero"

Comentarios

Publicar un comentario

¿Qué te ha parecido? ¿Cambiarías algo? Me gustaría saber tu opinión sobre lo que has leído ^^