Un millón de historias

M i reflejo no es Yo. No me siento la persona a la que veo a través de ese espejo ovalado que hay en mi habitación. Me aterroriza cada día. Me hace romper a llorar cada vez que decido mirarme. Las paredes me observan esperando mi siguiente paso. Miro a la persona que me observa desde la otra parte del cristal que nos separa. "No puedo ser yo", me repito. Por la noche imagino que soy Alicia, que puedo pasar a la otra parte del espejo y ser quien quiero ser. Pero otras veces es la otra parte la que se mete en mi habitación, la que me observa y me obliga a hacer lo que no quiero hacer. Sigo pensando que el espejo se equivoca. Sigo pensando que esa persona no soy yo. No puede ser que en tan poco tiempo mi cuerpo haya cambiado de ese modo. No puede ser. Dejé de comer para no pasar por esto. Lo dejé todo a un lado para poder encajar. Pero no ha servido de nada. El espejo no me puede engañar, son un reflejo de la realidad. Pero sigo sin entender cómo he llegado hasta aquí. Me ate

Y correr por el prado y sentirme libre. Sentir como la libertad me invade. Sentir que vuelo como un pájaro. Dejar de soñar con que puedo y llegar a hacerlo. Esa sensación de que todo lo demás ha dejado de existir y centrarte solo en mi. Dejar de notar el suelo bajo mis pies y dejarme llevar, volar. Esos problemas que antes me importaban han huido al notar que la libertad se abría paso en mi vida. La responsabilidad que recaía sobre mis hombros ha desaparecido. Puedo hacer lo que quiera, es mi momento, ahora tengo espacio suficiente como para seguir haciendo lo que siempre he querido. Siento que puedo con todo. La soledad ha dado paso a la felicidad, a la compañía de cosas que nunca pensé que me la proporcionarían. Dar mil vueltas mirando el cielo de colores pintados por el atardecer, como si alguien los hubiera pintado para mí. Sonrío mientras pienso que nada podría superar este momento. No es libertad lo que siento, es esa sensación de poder volar que se presenta en la vida en tan

E speras, sentada en el alfeizar de la ventana. Miras por todas partes, y eso que esperas nunca aparece. Llega un momento en el que olvidas qué era eso que estabas esperando, lo que te mantenía despierta cada noche, lo que te daba ganas de continuar con lo que estabas haciendo, olvidas tu motivación para seguir esperando. Y la poca esperanza se desvanece. Te mueves por intuición, pero no piensas. Haces las cosas de siempre, pero por rutina. Tus ganas se han marchado, como tu espera. Aún así tu cuerpo sigue esperando sin que te des cuenta. Aunque la alegría se haya pausado por un tiempo, sigues teniéndola, tan solo tienes que activarla, pulsar los botones adecuados para que vuelva a funcionar como antes. No te hundas por algo que ya no recuerdas. Pasa la página, comienza un nuevo capítulo, descubre un nuevo libro. La tristeza no tiene por qué formar parte de tu vida. Pero no escuchas, tan solo oyes los ruidos que dejas entrar en tu cabeza. Cada tarde vuelves al alféizar y miras por to

V ivir siendo diferente. Me llaman loca por ser positiva. Me dicen rara por reírme a cada momento. Me señalan por mis colores llamativos. Me dan la espalda cuando me uno a equipos. No llegaré a entender la hipocresía de la gente. Acabaré sin entender por qué los demás se comportan como lo hacen. Pero la verdad es que no me importa. Quiero seguir así, viviendo siendo feliz, con mis orejas de conejo, mis gafas de sol de corazones y desprendiendo alegría con cada paso que doy. Si no eres feliz no es mi culpa que te sientas tan mal al verme sonreír. No destruyas mi mundo para sentirte tú mejor. Deja ser feliz a los demás, porque yo a ti te dejo que lo intentes, sino quieres al menos intentarlo no es culpa mía. No te gusta mi vestido, no lo mires, no te he pedido que examines lo que llevo puesto. No me mires si te desagrada mi presencia, no te he pedido que lo hagas. No te gusta mi voz, no te he pedido que me escuches. No te gusta mi forma de ser, no te he pedido que seas mi amigo. No te

U n día perfecto. El día soñado. ¿Has pensado en cómo sonaría tu nombre si te mencionaran en una entrega de premios como ganador? Apuesto lo que sea a que sí. Seguro que te has tumbado mil veces en la cama y has pensado en todo lo que podrías conseguir si tuvieras medios, si fueras otra persona, si hubieras nacido en otros sitio. No hace falta que apueste nada, porque seguro que acertaré. Pero no hace falta vivir en los sueños, ¿quieres hacerlos realidad? Pues vive tu vida, vive cada sueño, hazlos realidad. Tumbada en la cama con los pies sobre la repisa de la ventana, viendo las horas pasar mientras me creo mil pensamientos sobre mi próximo futuro. Me creo un plan. Cierro los ojos y mientras sonrío me llevo las manos a la cabeza. "Es demasiado desmesurado mi plan", piensas. Nada es lo suficientemente grande. Todos los grandes sueños pueden llegar a cumplirse, si no sueñas a los grande nada de lo que quieras llegará a cumplirse. Ponte las expectativas altas, abre los ojos

R ota. Tanto por dentro como por fuera. Te sientes más que vacía. Sientes como si te hubieran arrebatado la vida, como si te hubieran prohibido seguir sintiendo. La vida te ha jugado una mala pasada y te niegas a seguir. Te encierras en ti y no dejas que nadie pueda ayudarte. Te niegas a aceptar consejos o cualquier cosa que pueda ayudar a que mejores, a que olvides. ¿Ha sido por una ruptura? ¿Tus lágrimas son causadas por una pérdida? Nadie merece tus lágrimas. Y puedes llegar a ser muy fuerte. Crees que la vida se puede acabar, pero no es así, el tiempo sigue pasando y te estás olvidando de vivir. No te va a esperar, tienes que seguir caminando, tienes que abrirte paso entre las atrocidades del mundo. Una lágrima puede significar muchas cosas, pero tampoco tienes que reprimírtelas. Encuentra a alguien en quien confiar, apóyate en alguien que pueda ayudarte a curar esas heridas. Conoce a alguien que te haga sonreír y todas tus piezas empezarán a unirse y soldarse con el tiempo. Recue

M uchas veces te sientes sola. Piensas que el mundo no es para ti, pero... ¿es cierto eso? No me conformo con pensar que le importo a unas pocas personas, pero creo que al menos vale la pena intentar vivir por uno mismo. La soledad ayuda a conocerse, te enseña a ser más fuerte. Y sí que hay un lugar en el mundo para ti, eso nunca tienes que dudarlo, aunque hayan días en la semana y en el mes que pienses que sería todo más fácil si no continuaras con esto. Yo te propongo algo: observa, escucha y escribe. Probablemente estés cansada de observar y escuchar, pero seguro que no has cogido nunca un trozo de papel y has comenzado a escribir lo que sentías. No sirve Twitter, no sirven cuentas en las que te escondes donde esperas encontrar a alguien como tú con el que poder hablar... eso no sirve. Tienes que hablarte a ti. Coge un papel, coge un boli y comienza a escribir tu historia. Anota lo que más temes. Describe tus emociones. Date consejos, aunque más tarde no los aceptes. Pídete sonreír

Por favor, no te olvides de mí, por favor no me dejes donde nadie pueda verme. Quiero seguir siendo parte de tu vida, quiero seguir recorriendo el mundo con tu mirada, quiero poder seguir formando parte de cada uno de los momentos que podamos compartir. Me das vida, me das alegría. Eres quien quieres ser, y me haces sentir como siempre he querido sentirme. Nadie podría imaginarse lo feliz que podía llegar a ser, nadie. El camino que antes solía ser gris, ahora se pinta de colores. Veo tonos rosas, verdes, azules, amarillos, rojos... te veo a ti pintado de miles de colores que me alegran todos los días de mi vida. Eres mi vida, mi luz y mi calor. Eres quien me indica el camino por el que puedo caminar. Si me caigo, eres tú quien logra levantarme. Cuando derramo alguna lágrima, eres tú quien logra que desaparezcan tras limpiármelas. No puedo ser más feliz, por eso corro por este prado, por eso pienso en ti de este modo, por eso quiero pedirte que pases todos tus días junto a ti: tú

T odo parece perfecto. De cuento. Tus ojos se abren como nunca antes. Todo lo que te rodea es más que maravilloso y quieres pertenecer a ese mundo como sea. No puedes pensar. Eres como un niño pequeño en esos momentos. Tan solo te quedas embobado, mirando a ese lugar que parece más mágico que real. Da igual lo que estés mirando, el contenido -ahora mismo- no importa. Probablemente a ti te vaya el corazón a mil por estar contemplando aquel lugar o cosa o lo que sea, y otras personas que pasen por allí no les ocurra lo mismo. ¿Qué más da? Es a ti a quien le importa lo que ve. Te sientes bien y quieres seguir sintiéndote así siempre. Siempre y siempre. Nadie puede arruinarte aquel momento, porque es tu momento. Es tu vida y te sientes lleno, te sientes como nunca antes. Quieres guardar aquella sensación en tu corazón y recordarla en los días grises, en los días más oscuros. Tu infancia ha vuelto a ti como un abrazo en el momento más propicio. Sientes como si siguieras esperando la Na