Childhood


Todo parece perfecto. De cuento. Tus ojos se abren como nunca antes. Todo lo que te rodea es más que maravilloso y quieres pertenecer a ese mundo como sea. No puedes pensar. Eres como un niño pequeño en esos momentos. Tan solo te quedas embobado, mirando a ese lugar que parece más mágico que real. Da igual lo que estés mirando, el contenido -ahora mismo- no importa. Probablemente a ti te vaya el corazón a mil por estar contemplando aquel lugar o cosa o lo que sea, y otras personas que pasen por allí no les ocurra lo mismo. ¿Qué más da? Es a ti a quien le importa lo que ve. Te sientes bien y quieres seguir sintiéndote así siempre. Siempre y siempre. Nadie puede arruinarte aquel momento, porque es tu momento. Es tu vida y te sientes lleno, te sientes como nunca antes. Quieres guardar aquella sensación en tu corazón y recordarla en los días grises, en los días más oscuros. Tu infancia ha vuelto a ti como un abrazo en el momento más propicio. Sientes como si siguieras esperando la Navidad con tanta ansia. La esperanza te rodea como nunca antes, sientes que puedes lograrlo todo, como si las estrellas estuvieran más cerca y pudieras alargar la mano y rozarlas con la punta de los dedos. Te sientes más poderoso que nunca. Sientes que eres tú mismo y sabes que no es un sueño, que esta vez es de verdad y puedes, tú puedes. Esa pasión encerrada en tu corazón se desata para controlarte. Quieres ser libre y seguir siéndolo siempre. Intentas no parpadear, pero no puedes, se te secan los ojos y quieres seguir observando. Te quedas sin habla, no hay palabras que puedan describirte. Te preguntas: "¿estoy en un sueño? Si es así espero no despertarme nunca". Pero es la vida real, estás viviendo tu sueño. 

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