Saved

Sucedió sin más. Vi cómo te acercabas caminando a las vías del tren, a pesar de que estabas lejos, pude ver que eras un mar de lágrimas. Vi cómo, a lo lejos, se iba acercando un tren. No pude no hacerlo. No pude dejarte a tu suerte allí. Salí corriendo. En el último segundo pensé que no podía, que te perdía, sin llegar nunca a tenerte. Te cogí por la cintura y te atraje hacia mí y te pegué contra el suelo. Te protegí con mi cuerpo. Al pasar el tren me puse frente a ti. Dejaste de llorar, como si hubieras entrado en shock o algo similar. Me enfadé. No pude no hacerlo. No te grité, pero se notaba que estaba terriblemente enfadado contigo, una desconocida. "¿En qué estabas pensando? No me importa la clase de problemas o lo que se te pasara por la cabeza, pero no puedes impedir que te conociera. No puedes jugar con el destino de esa manera, ¿no ves que podrías estar muerta ahora mismo? ¿No ves que estaría sentado allí con la conciencia sucia por haberte visto morir? Piensa en los demás, piensa en mí antes de hacer este tipo de cosas". Se quedó mirándome fijamente. Sorprendida, quizás. Y al no responderme, comencé a pensar si no sabía mi idioma, o si le había asustado demasiado y le había causado algún estado de shock emocional y postraumático. No sé, tal vez, si ella quería morir, tenía que haberla dejado, pero no podía ver morir a una persona de aquella manera. No me importaba el motivo por el que quisiera desaparecer así. Una vida no se puede quitar de esa manera, no te puedes quitar de la vida tu mismo así porque así. No soy nadie para que me dé explicaciones una desconocida, pero me veía responsable de aquella situación, de alguna manera extraña. No apartaba la mirada de mis ojos. Los labios le temblaban. Veía que se iba a caer de un momento a otro. Y se echó a mis brazos. La abracé con todas mis fuerzas. Me estaba dando las gracias por haberle salvado la vida. La sentía, y la cogía porque tenía miedo de perderla. Había visto cómo su vida decía adiós demasiado cerca. Y me prometí a mí mismo que jamás te dejaría. Creo que de alguna manera tú lo supiste. Jamás había visto una sonrisa como la tuya dibujada en tu rostro. Aquello me devolvía la vida. Con tus miradas, sin quererlo, me agradecías el que fuera yo quien estuviera allí en ese momento. Y ahora, después de tanto tiempo, tan solo se me pasa por la cabeza qué hubiera sido de mí si no hubiera salvado al amor de mi vida. 

"No hagas las cosas pensando que recibirás algo a cambio"


Comentarios