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Mostrando entradas de 2019

Demise

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Todo estaba demasiado tranquilo. Demasiado. Incluso llegué a pensar que estaba sola. Pero esa mirada me atravesaba el alma en la oscuridad. Sus finas uñas atravesando las capas de mi epidermis no me hicieron llorar. Sus puntiagudos dientes desgarrándome el cuello no me hicieron gritar. Porque no sentía nada. Tanto mi final como mi principio estuvieron milimétricamente confeccionados para que fueran tal y como se recuerdan. Y por eso no sentí nada. Porque lo tenía asumido. Mi cuerpo sabía que iba a morir. Que dejaríamos de sentir en ese preciso momento. Y así fue. Pero no del todo, siempre hay algo que se escapa entre la mirada de los extraños. Una en particular.  Doce horas antes de aquel inevitable final, por fin me atreví a hacer lo que nunca imaginé que haría. Lo que jamás pensé que podría lograr. En realidad es una estupidez, pero para mí era un mundo. Un grupo de amigos fuimos a un karaoke. Nunca antes había ido, me aterraba ser el centro de atención. Y más, después de empeza

Words

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Contemos una historia juntos. Desde el principio.  Contemos nuestros miedos y superémoslos juntos. Aunque cuesten. Aunque duela. Pero sigamos juntos.  No sé cuánto tiempo tenemos asignados en esta ruta, ni si nos separarán en algún momento. Pero sigamos juntos. Por favor.  Escribamos el primer momento. Y el último de cada día. Por si fuera el último. Por si ya no nos quedara momentos que compartir. Pero si tienes que irte antes, dímelo. Por favor.  Escribe todo lo que quieras hacer en este camino. Escríbelo todo por si algún día no puedes dar más pasos, y los dé yo por ti. Porque sabes que lo haré. Terminaré todo lo que dejaste a medias. Lucharé por conseguir lo que querías. Por seguir escribiendo nuestra historia. La tuya. La mía. Porque si llega el momento de tener que seguir por este camino sin ti, quiero que los demás te recuerden. Sepan de ti.  Si tengo que vivir más que tú en esta vida, necesitaré que me escribas todo lo que quieras que haga. Necesito que t

Understanding

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No lo entiendes. Nunca lo entendiste. Nunca. La vida. Esta vida. Cambia. Ha cambiado desde la última vez que la miraste de verdad. Cambia con cada pestañeo. No es la misma. Nunca lo será. nunca volverá a ser lo que fue. Lo que creímos que fue. Porque nunca fue así. Nunca. Pero seguirás sin entenderlo. Pasen las vidas que pasen. No lograrás entenderlo. Lo sé. Lo sé porque te he visto. Te he mirado. Y eres de esas personas que no saben verlo, que no se dan cuenta, que jamás entenderán. Que todo cambia. Que cambiamos. Yo cambio. Y tú también. Pero no lo ves. Lo sé.  Esa ventana. Esa ventana por la que ves cada día entrar el Sol cambia. Incluso ella. Incluso el Sol, aunque no te des cuenta. Cambian las personas que caminan por la calle a la que da tu ventana. Cambian los coches. El viento. La vida cambia. Y nosotros lo hemos hecho. Hemos cambiado. Y esta nueva yo no quiere seguir con la persona en la que te has convertido. Porque no puede. No puede soportar a la persona en la que te h

Rain

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La lluvia golpeaba la ventana con fuerza. La luz se había ido y solo tenía una vela que le quedaba poco más de una hora. Las sombras que se creaban en la oscuridad recorrían la estancia, y no me sentía segura en ningún sitio. Los golpes del viento en el exterior, los truenos y relámpagos aumentaban con el paso del tiempo. Sabía que aquel ruido que procedía del sótano iba a surgir en algún momento en el salón. Que seguramente algo iba a atraparme. Y, estaba completamente segura que la noche iba a terminar demasiado mal. Tenía que haberme ido , me repetía una y otra vez. Debería haberme ido con todos y no haberme quedado sola en casa . Y aquel ruido cada vez era más fuerte. Se me metía dentro de la cabeza y no se iba. Quería subir por la escalera, pero estaban cerca de la puerta del sótano. No. No podía pasar por allí. Y me quedé en el sofá, mirando hacia la puerta. Aterrada por todos aquellos sonidos que inundaban la estancia.  De repente, la puerta de la entrad

Ashes

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No mentiremos.  Nunca lo hacemos.  Somos diferentes al resto. Lo supimos desde el primer momento que pusimos un pie en este planeta. Toda esta destrucción acaba con nosotras, paso a paso. Lo peor es que no podemos hacer nada.  Nos enviaron para evitar el desastre. Para evitar que otro planeta más se matara a sí mismo. Pero no podemos hacer nada. No podemos hacer nada cuando las mentes están tan corrompidas. Hemos llegado tarde. Demasiado. Quizás un milenio tarde, o quizás dos. Hay demasiadas mentiras. Mentiras que han consumido a faraones, dictadores, reyes, presidentes... Una semilla se coló en sus mentes y crearon tanto mal y tanta destrucción que el caos era inevitable.  Nos prohibieron venir. Nos contaron que estaba echada a perder. Pero nosotras no nos rendimos, no damos un planeta por perdido. Nunca. Porque siempre hay esperanza. Siempre la hay. Y nos equivocamos. Ya no hay nada que salvar. Las mentes, incluso las más privilegiadas para sacar adelante esta lu

You

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No puedo dejar de mirarte al otro lado de la mesa. Y sonrío. Sonrío al ver que, después de tanto tiempo, sigues ahí frente a mí. Observo cómo dibujas una sonrisa que deja entrever tus dientes. Esos dientes irregulares que cuentan tantas cosas de ti. Tu pelo, que cae hacia el hombro, un rubio perfecto que, a La Luz del sol, parece que brille. Y yo me pregunto cómo puede ser eso. Cómo puede ser que a medida que pase el tiempo quiera pasarlo más contigo. Tus manos se enredan entre ese mechón rebelde que no quiere ponerse tras tu oreja. Y me haces reír. Entre tanta gente hablando logramos hablarnos sin decir nada. Tan solo con la mirada. Observo cómo bebes el café. Cómo tu piel se relaja tras el sorbo y te quedas mirando la taza en la mesa. Y aquello me hace recodar el primer momento en el que te vi, en el que nos conocimos.  Volvía de trabajar, pero no quería ir a casa. Ir allí era entrar en un jungla, y con todos los peligros que acechan en una real. En el trabajo las cosas no iban

Insomnia

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Insomnio. Noches sin dormir. Dejando la mente en blanco para que miles de imágenes aparezcan en tu mente sin llamar primero.  Estás agotada. Te duele el cuerpo de tanto cansancio. Pero, después, entre las sábanas, algo se apodera de ti, te retiene y mantiene tus ojos abiertos. Los cierras, pero algo los abre. Luchas por mantenerlos cerrados. Y piensas,  quizás si voy al baño y vuelvo, lograré dormirme . Y ya han pasado dos horas. Te metes de nuevo entre las sábanas, te das media vuelta, te haces una bolita, cierras los ojos, y, minutos más tarde, estás mirando a la oscuridad. Ya no sabes si los ojos los tienes abiertos o cerrados, no sabes si lo que piensas es un sueño o es tu mente que crea pensamientos libremente. Miras la hora. Son las cuatro de la mañana. Pero, ¿cómo ha pasado tanto tiempo? ¿Me he dormido en algún momento? Pero no, tu mente está cada vez más agotada, tus ojos te pesan, y no piensa dejarte dormir. No, esta noche no. Esta vez te toca lidiar con la oscuridad

Storm

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Tras aquellas montañas no hay nada. No existe el miedo, ni la pena, no hay llantos, ni dolor. No hay nada. Pero tienes que ser valiente, tienes que agarrar todo el valor que puedas llevar sobre tus hombros y caminar noche y día, y puede, que así, consigas llegar hasta allí. Pero no tienes asegurado el éxito. Muchos se embarcaron en esta aventura. Muchos quisieron deshacerse de su dolor, pero jamás volvimos a saber de ellos. Nunca volvieron para contar lo que había tras las montañas. Nunca. Y nosotros vivimos con esa esperanza. Con la esperanza de que, algún día, tendremos el valor suficiente para poder emprender ese camino: a la nada.  Esta creencia viene de tiempo atrás, cuando la abuela de mi abuela le contaba cuentos para que se durmiera en las noches de tormenta. En El Valle todo era bueno, pero cuando el cielo se pintaba de nubes, y las primeras gotas empezaban a caer, sabíamos que la noche iba a ser dura.    Los ganaderos guardaban sus animales en la granja. Los agricult

Being

Lo intentamos.  Y fracasamos. Lo dejamos, Y seguimos fracasando. Nos apartamos. Pero la vida sigue. Sigue avanzando mientras nosotrxs nos la perdemos. Todo sigue funcionando sin que lo notemos. Damos un paso. Se hunde en el fango. Y nos vamos con él. A ninguna parte. Seguimos. Llenos de mierda. Con tierra. ¿Desistimos?             A veces sí. Y lo intentamos. Otra vez. Nos decimos: será la última. Pero vuelve a ser la primera. Caemos. Caemos cada vez más hondo. Y duele. Cada vez duele más. Y seguimos. Con moratones.  Desconectados. Impacientes.                     Viviendo.

We are

Como una imagen, una palabra o una sonrisa puede significar tanto. Como nos unimos ante injusticias, ante los obstáculos de la vida. Como, una frase, puede emocionar tanto.  Nos movemos por las emociones. Por las nuestras y las de otros. Miramos a los ojos, aunque no lo creamos, y sentimos aquello que la otra persona siente. Queremos hacer, que ese dolor, desaparezca por completo. Que se vuelva a sumir en las tinieblas y termine para siempre. Que las palabras que nos han hecho daño, las que nos han derrotado, se olviden, más allá del recuerdo. Que las frases hirientes que hemos escuchado, se vuelvan silencio para seguir, para continuar construyéndonos. Porque las palabras se pueden alterar, y usarlas en nuestro beneficio. Y solo nosotras podemos hacerlo. Y más allá. Apoyar. Mirar y remirar. Sentir y volver a hacerlo. Sin agachar la cabeza, sin prejuicios ni estupideces.  Queremos que las miradas se junten, se miren como antes, como iguales. Que se diferencien por gustos, por cam

Elipsis

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Tal vez todo esté ocurriendo en mi cabeza. Tal vez... La lluvia cae sobre mí. ¿Cuándo ha empezado a llover tan fuerte? No me he dado cuenta, quizás me haya perdido de nuevo en mis pensamientos, como tantas otras veces... ¿por qué lo sigo haciendo? No sé... Esta vez, mis pies me han llevado hasta la playa. Un lugar bastante vacío para esta época del año. Las gotas se funden con la arena y hunden mis zapatillas. Es propio de mí, la verdad. Me pasa desde que tengo memoria. Pero esta vez es diferente. Las olas, cada vez, llegan más lejos de la orilla, y se quedan paradas. Mojan mis pies, y poco después mis rodillas. El nivel del mar no es que haya subido por la luna. No, qué va. Es de día. Es de día y llueve, y el nivel del mar está muy por encima de mis rodillas. Y mi respiración se agita, noto como mi garganta se cierra y mis brazos se se pegan a mis costados, como mis manos se quedan rígidas y mis ojos se abren de par en par. Me quedo sin aliento antes de que una ola gigante me tap