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Al despertar pude verte. Estabas dormida. Me sorprendí, pero me di cuenta de que eras la única persona a la que esperaba ver sentada allí. Tenía la mente confundida, como si hubieran limpiado parte de mi cerebro y después lo hubieran dejado en su sitio de nuevo. Pero ¡estabas allí! Y era lo más importante. No podría describir con palabras lo que significaba aquello. Creo que nunca podría. Me había comportado tan mal contigo que por un momento dudé de por qué estabas allí. ¿Te importaba? Porque solías demostrar lo contrario. Pero en aquel momento no me importaba demasiado, estaba feliz por verte allí. Estaba vivo gracias ti, o eso parecía. No quería despertarte. Aunque quería saber a ciencia cierta qué había pasado, quería verte dormir. Parecías cansada, inquieta, angustiada... ¿Era por mí? No creo. El sillón no parecía muy cómodo, y parecía que tenías frío. Y finalmente digo tu nombre. Te despiertas, y una sonrisa ilumina tu apagada cara. Me haces sonreír. Me cuentas lo ocurrido, pero en mi mente no para de dar vueltas una misma pregunta que necesito que respondas. Los médicos vienen y van, no me dicen nada. Ella sale y entra. Habla con enfermeras y personas que jamás he visto. Mi familia no viene. Le pregunto por ella y me contestas que vinieron ayer, que les has avisado que he despertado y que mañana vendrán a visitarme. Te miró a los ojos y veo lo preocupada que estás. No sé si me pasará algo malo, ahora estoy despierto y parece que nadie me dice la gravedad de la situación. Aún así, he aprendido que hay que aprovechar cada momento de la vida, por lo que no puedo desaprovechar ningún segundo más de los que he estado inconsciente. Y te lo pregunto: "¿Por qué estás tú aquí?", sin rodeos, aunque espero no haber parecido demasiado borde, no pretendía serlo. "Porque alguien tenía que estar aquí para cuando despertaras y estar contigo". Esa no era la respuesta que quería escuchar. "Dime, ¿por qué tú estás aquí si no nos llevábamos lo que se dice bien?". Me mira y sacude la cabeza "porque sabes que las personas de las que te rodeabas no eran verdaderas amistades. Estoy aquí porque yo sí que lo era, y lo sigo siendo. Me aparté de ti por tus compañías". Miré al techo, y una lágrima vacía recorrió mi rostro. "Creí que te perdía", me dijo con un hilo de voz. Giré la cabeza rápidamente, y le miré a los ojos. Estaba llorando. "Vi todo lo que pasó y pensé que aquel sería tu último día. Me había portado fatal contigo, no te había dicho ni la mitad de cosas que quería decirte, y..." te corté. "Soy yo el que debe disculparse. Siempre te has portado bien conmigo, y dejé de escucharte. Estás aquí, la única que está aquí. Y debo agradecértelo. ¿Estás aquí solo porque te sientes culpable de eso?". Te miro esperando una respuesta. "No. Estoy aquí porque me importas. Me importas de verdad". Sonreí "tú también me importas, mucho; y no sabes lo duro que es tenerte sin tenerte. Es difícil aparentar cosas que no son, es difícil sentir cosas cuando no estás preparado. Pero lo peor de todo es que me iba a morir sin decirte que eres la persona más importante de mi vida y casi te he dejado ir. Ahora, por favor, no te vayas". Te acercas más a mí, y te cojo de las manos "no me iré si me prometes que no volverás a hacer nada de esto. Por favor, quiero que me prometas que te mantendrás a salvo". Me hace llorar mientras sonreímos. "Te mantendré a salvo".

"Somebody loves you enough, don't let it go"

Segunda parte de Pretend.