Hurt


Ha pasado otra vez. Intenté que no pasara, pero ha vuelto a pasar. Me obligué a mí misma a olvidar, a mantenerme ocupada, a no pensar... pero no he podido hacer nada para evitar lo que venía. Me siento cada día peor. Mi motivación se esfumó junto a mis ganas de vivir. He ido al psicólogo un par de veces y solo quiere escuchar cosas bonitas, como unicornios, flores, paseos por el parque... y yo odio todo eso. No estoy pasando por la mejor etapa de mi vida. No me siento cómoda con nada de lo que hago, me siento fuera de lugar. Cortarme el pelo ya no ayudaba, y un día pasó sin querer. Era una hoja, una miserable e insufrible hoja de papel, de cálculo para ser exactos. La ecuación no salía. Estaba furiosa por el mal día que había tenido y además tenía esos incesantes deberes que salían de debajo de las piedras. No he dejado de comer, pero hago más ejercicio del que debería. Es para mantener la mente ocupada. Mi psicólogo decía que era porque tengo una mente suicida o algo por el estilo, no solía escucharle. No merecía la pena los casi cien euros por sesión que se embolsaba. Muchas veces no hablaba, tan solo le decía una frase y él solo empezaba a inventar y a "orientar" mi vida por el buen camino. No me dejan pensar por mi misma, ni tener ideas. Parece todo una dictadura. Me dan libros de autoayuda... qué contradicción. Odio mi existencia. Y esa tarde sucedió, como estaba contando. La hoja se deslizo por mi piel. No sentí nada, en absoluto. Y la sangre siempre me ha dado mucho asco. Pero nada. Aquella fue mi perdición, o eso dicen los que saben de todo esto. Sigo sin hacerles caso. Pero lo dejé por un tiempo. No es que me sintiera más feliz o más cómoda con las personas con las que me juntaba a mi alrededor, sino que lo dejé de hacer. Comprendí que era estúpido, una pérdida de tiempo. Después me quedaba débil y no podía hacer tanto ejercicio. Mi madre me preguntaba constantemente por mis mareos. Comenzaba a tener ojeras y no podía dejar de usar camisetas de manga larga. Dejé sanar mis heridas. Esperé a que cicatrizaran. Me di tiempo. Me intenté relajar. Intenté pensar en el futuro, en lo que estaba bien y en lo que estaba mal. Pensé en mí, en todas esas veces que deseé morir. Lo pensaba de verdad, nadie sentiría mi ausencia, nadie me echaría de menos. Y después de seis meses sin heridas... Volvió a suceder. Todo por pensar en el pasado, por pensar de nuevo en acabar con todo de la manera más rápida, solo para causarme dolor. Idiota. Y sin pensar, volví a escribir lo que escribí el día anterior, sin querer: "Dear diary, I hurt myself today. I can't stop doing it." No esperaba que nadie se diera cuenta, podía volverlo a parar, sabía cómo, pero lo había olvidado. Las lágrimas me causaron heridas en la cara, pero no cesaba el dolor de mi interior. La ecuación volvía a fallar. Tal vez era yo la que no estaba bien. Tal vez era yo la que tenía una mala posición en el universo. Tenía que reposicionarme. Tenía que dejar de cortarme. 


"It hurts when nobody can understand you. I hurts when people lie to you. It hurts when you can't be yourself in this world."


Comentarios