Nothing


En realidad no existo, soy el reflejo de tu mirada. No sonrío si tú no sonreís. Es extraño necesitar tanto a una persona. Es extraño ser de la noche a la mañana la persona que quería ser desde pequeño. Me da miedo y a la vez me gusta quererte tanto. Soy mejor persona desde que tú estás a mi lado. Pienso por ti, cuido de ti. Quiero protegerte, sentirte, saber que vas a estar bien pase lo que pase, porque estaré ahí para que todo salga como debe salir. Por las mañanas te observo hasta que te despiertas. Puede sonar de demente, pero te quiero. Te observo y siento que estoy en el lugar que debo estar, pero hasta que no abres los ojos y me miras, no me siento a salvo. Es tu mirada la que me da la vida. Si tú estás triste, yo me entristezco, se me parte el alma y deseo acabar con ese mal que te hace caer. Pero siempre estoy ahí para dibujarte esa sonrisa que jamás debería desvanecerse de tu rostro. Dicen que me he vuelto un sensible, un dependiente de ti... pero ¿y qué? ¿A caso saben los demás lo que es estar enamorado y querer a una persona más que a uno mismo? Seguro que no, que están a años luz de descubrirlo, y me siento orgulloso de haberte conocido y haberme enseñado a amar como tú lo haces. Porque me completas, eres mi luz, mi oscuridad, mi vida, mi sueño. Por eso a veces prefiero estar junto a ti. Prefiero estar horas y horas escuchándote aunque en realidad no tengas nada que contar, porque tus palabras me llenan por dentro. Tus historias me dejan alucinado. Jamás pensé que una persona tuviera la mente tan llena de pensamientos, tan llena de herramientas para crear mundos nuevos. Pero yo no necesito crear uno, porque nuestro mundo es donde tú y yo estemos, no necesito nada más, tan solo estar contigo. No soy nada sin estar a tu lado. Era un simple chico que se divertía caminando por la calle, mirando coches, soñando una vida, buscando empleo y deseando encontrar a la chica de sus sueños. Y te encontré, más bien me encontraste, me rescataste del borde del abismo que me construí sin querer. Y debo darte las gracias por rescatarme, princesa. No es que no fuera nadie, es que no era nada, absolutamente, porque no me sentía. Sabía que caminaba, que estaba viviendo porque respiraba, pero no sentía nada. Fue mirarte y sentir todo lo que siempre quise, todo lo que las películas, los libros y los demás me contaban, lo que veía en mi madre y en mi padre. Tú me lo enseñaste, tú fuiste el alma que me devolvió a la vida. Y por favor, despierta, abre los ojos y mírame, necesito recordar que estoy vivo, necesito que hagas mis sueños realidad. Sonríe para hacerme feliz. Escucho tu corazón latir sobre mi pecho y pienso en todos los momentos así que nos quedan. No puedo esperar a mirarte frente a frente, a veces el ansia me consume, pero el tenerte siempre tan cerca me reconforta de tal manera que no me creo que sea yo quien esté contigo. Lo sé, es de dementes, pero tú me haces estar cuerdo.

"Sin ti no soy nada"

Comentarios